Las tres películas que voy a comentar de estreno reciente finalizaron con el aplauso del público asistente. Cada una de ellas con su estilo y temática permitió al público conmoverse y divertirse al ver reflejadas algunas realidades de nuestra idiosincrasia.
Hojas verdes de otoño. Es un film escrito y dirigido por Fabio Junco y Julio Midú con fotografía de Gabriel Perosino, música de Pablo Fuillerat y Martín Cesaretti, montaje de Mauricio Minotti y producción de Marcelo Vitali, ambientado en Saladillo.
El protagonista es Dante un preadolescente interpretado por Bautista Midú que se hace cargo de Luis, su padre alcohólico, en la lograda actuación de Marcelo Subiotto y de acompañar a Carmen, su madre protagonizada con profesionalismo por Mimí Ardú.
Con sus problemas familiares sin embargo acompaña a su vecina enferma, visita a su abuela materna, comparte momentos con su hermano y se enamora de una compañera de escuela. La película resulta amena y por momentos genera emoción en el espectador, que ve en Dante un joven que no baja los brazos ni se amilana frente a las condiciones adversas que le tocan vivir. Muy conmovedora.
El kiosco Es una película con guión y dirección de Pablo Gonzalo Pérez, fotografía de Emiliano Penelas, montaje de Guille Gatti y producción de Gato Martínez Cantó, Daniel Burak y Alejandro Gruz.
Mariano en la efectiva actuación de Pablo Echarri, aprovecha el retiro voluntario que le ofrece la empresa donde trabaja para comprar el kiosco de Don Irriaga, al que se siente unido afectivamente por los recuerdos de su infancia.
Don Irriaga protagonizado por Mario Alarcón le oculta una noticia, que luego impactará en la vida de Mariano, generando situaciones tragicómicas, que hacen de la película un grotesco, donde el espectador se ríe de situaciones dramáticas por la forma en que se presentan.
Secundan con eficiencia Georgina Barbarrosa como la suegra de Mariano y Roly Serrano, como el pizzero con poderes de sanación. Muy entretenida.
Lobos es un policial dirigido por Rodolfo Durán con un interesante guión de María Meira, la lograda fotografía de Mariana Russo, la música de Gabriel Bajarlía, el montaje preciso de Emiliano Serra y la producción de Rodolfo Durán y Fabián Duek.
La familia Nieto, integrada por el padre interpretado por Daniel Fanego y su yerno Boris en la actuación de Alberto Ajaka se dedica a delinquir para lograr una mejor condición de vida. Marcelo Nieto, el hijo, protagonizado por Luciano Cáceres, es vigilador y cuando ve una situación irregular en una de las casas avisa a la policía, sin saber que sus familiares están cometiendo el ilícito. A partir de las consecuencias de este hecho, Marcelo toma una decisión que lo involucra en una peligrosa situación, cuyo desenlace permite al espectador comprender la corrupción del poder. Muy interesante.
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