¿Qué puede pasar? Es una comedia codirigida por Andrés Tambornino, quien también realizó el montaje y Alejandro Cruz, que se encargó del guión con Pablo Mir, Miguel Gruskoin y Gabriel Sucari, la buena fotografía tuvo como responsable a Iván Grodz y de la música se ocupó Martín Bianchedi.
La historia es una travesura adolescente, donde Marito, interpretado por Darío Lopilato, se debe ocupar de su casa cuando sus padres, encarnados por Osvaldo Santoro y Mirta Busnelli ganan un viaje a Brasil.
Invita a su amigo Peter en la actuación de Grego Rosello y cuando se da cuenta que ha perdido los ahorros de sus padres decide reabrir el negocio familiar de arreglo de electrodomésticos al que concurre una atractiva mujer protagonizada por Luciana Salazar que los deja a cargo de una mansión donde habita su tío con discapacidad motriz en la lograda actuación del recordado Emilio Disi.
La película, una coproducción argentino-brasilera, es un efectivo entretenimiento para adolescentes, ya que se maneja con los códigos de ese grupo etáreo en su narrativa.
Familia sumergida es una coproducción de Argentina, Brasil, Alemania y Noruega escrita y dirigida por María Alché con la colaboración autoral muy notoria de Lucrecia Martel, que cuenta con la fotografía de Héléne Louvart, la música de Luciano Azzigotti y el montaje de Livia Serpa.
La película muestra el duelo de Marcela en la convincente interpretación de Mercedes Morán ante el fallecimiento de su hermana Rina y cómo entre las tareas cotidianas se ocupa de desarmar la casa de su hermana fallecida con la ayuda de Nacho, un joven amigo de su hija mayor que inesperadamente ha perdido todo, interpretado por Esteban Bigliardi.
Conviven en la película con morosidad descriptiva recuerdos del pasado con situaciones del presente de Marcela y su familia.
Marilyn es una coproducción chileno argentina escrita y dirigida por Martín Rodríguez Redondo con la colaboración autoral de Mariana Docampo y Mara Pescio, que cuenta con la fotografía de Guillermo Saposnik, la música de Laurent Apffel y el montaje de Felipe Gálvez.
En el film se destaca Walter Rodríguez como Marcos, un peón de campo adolescente, que sufre el acoso y la violencia por su condición sexual transgénero y luego de sentir que ha perdido todo lo que quería toma una drástica decisión.
Secundan con eficiencia Germán de Silva, Ignacio Giménez, Catalina Saavedra , Rodolfo García Werner, Germán Baudino y Josefina Paredes.
Un film logrado e impactante, sólo apto para mayores de 16 años con reservas.
La noche de 12 años es una coproducción de Uruguay, España y Argentina escrita y dirigida por Álvaro Brechner, con fotografía de Carlos Catalán, música de Federico Jusid y montaje de Irene Recua y Nacho Luis Capillas,
El film ambientado en 1973 durante la dictadura militar en Uruguay cuenta la historia de tres tupamaros apresados interpretados por Antonio de la Torre como José Mujica, Chino Darín como Mauricio Rosencof y Alfonso Tort como Eleuterio Fernández Huidobro, a los que tienen recluidos durante doce años, en situaciones inhumanas para volverlos locos, su posterior liberación y los cargos públicos que luego ejercieron.
Secundan con solvencia Mirella Pascual, Silvia Pérez Cruz, Soledad Villamil y César Troncoso.
Muy emotiva aunque excesivamente extensa en duración. El público aplaudió al finalizar la proyección, que fue a sala llena.
En peligro este film argentino dirigido por Matías Szulanski, que también se ocupó del montaje con la colaboración de Esteban Perroud, contó con guión de Damián Leibovich, la fotografía de Sebastián Ferrari y la música de Carlos Páez.
En una historia que genera más interrogantes que certezas vemos a Carla Ponti, interpretada por Nai Awada, una joven con discapacidad motriz salir del cine con una amiga, comentando una película mediocre. En un momento en que se encuentra sola recibe el acoso de un ex marido, luego llega a su departamento en un primer piso por escaleras y se encuentra a su perro muerto ahogado. Va a denunciar a un policía interpretado por Alberto Suárez la situación y éste al investigar descubre macabros hallazgos, que lo conducen a una serie de asesinatos inesperados.
El guión para el espectador común puede resultar confuso y salvo que realice un esfuerzo mental e imaginativo sin precedentes, se queda sin entender cómo ocurrieron realmente las cosas. Sería conveniente para próximas producciones ajustar el guión y omitir escenas reiterativas que no suman demasiado y quizás resten.
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