lunes, 1 de mayo de 2017

VÍNCULOS EN CRISIS EN LA NUEVA CINEMATOGRAFÍA ARGENTINA

En los tres filmes se plantean historias que muestran cómo el amor y la amistad pueden sufrir cambios por situaciones externas que los atraviesan:

Soldado argentino, sólo conocido por Dios es una película escrita y dirigida por Rodrigo Fernández Engles quien contó con la colaboración en el guión de Ivana Galdeano,  la destacada fotografía de Sebastián Ferrero, la adecuada música de Claudio Vittore y el logrado montaje de Martín Sappia.  

  La película puede dividirse en tres momentos precisos que marcan la vida de tres jóvenes personajes: Antes, cuando los conscriptos son convocados, durante el conflicto en las Islas Malvinas y después con los resultados de haber enfrentado la guerra.

    Ramón interpretado con eficacia por Sergio Surraco, un joven que encara con convicción la defensa de las Islas Malvinas y muere en la lucha, Juan, encarnado con profesionalismo por Mariano Bertolini, el amigo de Ramón, que es alistado pero no tiene interés en ir porque está enamorado de Ana Molina, en la actuación de Florencia Torrente, la hermana de Ramón que espera el regreso de ambos.

   La convocatoria hace que los dos amigos vayan a la guerra en las Islas. Allí Ramón protege a Juan, que pasa numerosas penurias pero sobrevive sin deterioro físico pero con un desgaste  psicológico que lo hace muy inestable en sus proyectos. Ramón muere en combate.

   Cuando hubo finalizado el conflicto Ana se reencuentra con Juan para que juntos trabajen por la reivindicación de Ramón como héroe de Malvinas.

   La película que dura 101minutos cuenta con escenas de fuerte realismo y un despliegue de producción meritorio y nos permite reflexionar cómo las decisiones políticas pueden causar daños en las personas implicadas, que a veces resultan irreversibles.




Maracaibo con dirección y guión de Miguel Ángel Rocca, quien contó con la colaboración en el guión de Maximiliano González, la fotografía de Sebastián Gallo, la música de Olegario Díaz y el montaje de Alejandro Parysow.

   La película muestra a una pareja de médicos protagonizada por Jorge Marrale y Mercedes Morán como Gustavo y Cristina, que tienen un hijo interpretado por Matías Meyer que estudia cine y trabaja con su equipo en la casa donde convive con sus padres.

   El padre se entera de la relación homosexual de su hijo con un compañero de equipo y si bien no dice nada, se siente disgustado con eso.

  Una noche entran a la casa un par de ladrones, encarnados por Luis Machín y Nicolás Franchella, también padre e hijo, y en un confuso episodio el más joven mata al hijo.  Esto genera en el padre un sentimiento de culpa que hace que visite al asesino de su hijo, que se ha entregado y empieza con él a revisar los vínculos entre padres e hijos.

   Es una película interesante que transmite como mensaje la situación filicida que se da en la familia cuando los hijos necesitan ser aceptados por sus padres aún a costa de su vida.

    El elenco trabaja profesionalmente y el significado del título recién se conoce al final de la obra.



Casi leyendas  escrita y dirigida Gabriel Nesci, recordado por su excelente "Días de Vinilo" en este caso apuesta nuevamente al tema de la amistad y la música con muy buenos resultados. La fotografía es de Sol Lopatín y el montaje de Alberto Ponce.

   Santiago Segura en su magistral interpretación de Axel, un hombre con Asperger que tiene dificultades para relacionarse trata de ingresar, por sus grandes habilidades informáticas, a un concurso que premia a bandas del pasado que resultan reconocidas por su trayectoria. 

    Cuando lo consigue y la banda es convocada, viaja a la Argentina a reunirse con sus dos compañeros, Javier, un profesor de Biología encarnado por Diego Peretti, que sufre una fuerte depresión ante la muerte de su esposa y resulta patético para su hijo adolescente y Lucas, en la lograda actuación de Diego Torres, un abogado poco honesto que fue despedido de su empleo y teme ser encarcelado por sus manejos fraudulentos. 

     Reconstruir vínculos  del pasado y reorganizar un presente plagado de inconvenientes hace que estos tres músicos desplieguen su talento actoral durante toda la película, brindando un espectáculo con ritmo y toques de ternura.

     Muy bien secundados por Florencia Bertotti y Claudia Fontán la película no decae en ningún momento y resulta muy recomendable.

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