Entre los estrenos que pude ver en los últimos meses se puede apreciar cómo los directores toman historias que garantizan la afluencia de público por su temática. Éste es el caso de :
"Gilda. No me arrepiento de este amor" La directora y guionista Lorena Muñoz, que cuenta con la colaboración autoral de Tamara Viñes y el sonido de Javier Farina, realiza un minucioso recorrido de la vida de esta maestra jardinera en la solvente interpretación de Natalia Oreiro, que desea incursionar en el mundo de la bailanta.
A pesar de su timidez, temores y oposición familiar logra su objetivo al convertirse con su éxito inesperado. Sin embargo la adversidad trunca su vida y la de parte de su grupo familiar en un trágico accidente.
La historia bien narrada y con actuaciones adecuadas de todo el elenco que secunda a Natalia Oreiro, entre los que se destacan Javier Drolas, Lautaro Delgado y Roly Serrano, es un verdadero homenaje a la cantante bailantera.
"Justo en lo mejor de mi vida" El director Leonardo Favio Calderón, con guión de Alicia Muñoz, fotografía de Martín Errea, música de Pablo Sala y montaje de Rafael Menéndez recrea en una versión convincente la exitosa obra teatral.
Un músico de mediana edad, muy bien interpretado por Pablo Alarcón, recibe la inesperada visita de un amigo y compañero de orquesta encarnado magistralmente por Claudio Rissi y luego de un diálogo ameno descubre que está muerto y empieza a ver las reacciones de sus familiares más próximos ante la situación.
Con humor irónico se empiezan a vislumbrar las miserias humanas en esta comedia que cuenta con la interpretación de Ingrid Pelicori como la esposa, que pasa por distintos estados de ánimo, Fabián Arenillas como el hermano, , que intenta sacar provecho de la situación y Lucía Stella como la hija, que valora a su padre cuando ya está muerto.
"El hijo de Dios. Un western bíblico futbolero" Con guión y dirección de Mariano Fernández y Gastón Girod, quien además se ocupó de la fotografía, música de Maxi Prietto y montaje de Carlos Cambariere, esta original producción aborda con el estilo de un western las vicisitudes de los tres hermanos Zebedeo que van pescar pero pasan por Betania y se encuentran encarcelados por Pilatos.
La solución para lograr su libertad es jugar un partido de futbol para las Pascuas, que se avecinan, teniendo como arquero del equipo contrario al dictador Pilatos, a quien le deben ganar.
En el encuentro aparece la figura de Jesús que da un giro inesperado a la situación.
La película que fusiona la historia biblica con el fútbol en una combinación amena, resulta un hallazgo por su originalidad.
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