Con su habitual maestría el capocómico, a sus 77 años muestra que el oficio no se pierde cuando existe talento, trabajo y dedicación.
En este unipersonal matizado por canciones y recuerdos de las distintas épocas de la historia argentina que se remontan hasta la época de la colonia y la Revolución de Mayo, Enrique Pinti se luce con su aguda verborragia que le permite al público no sólo reirse de nuestra idiosincracia sino también reflexionar sobre la realidad que vivimos.
Matiza los comentarios con recuerdos de su infancia y de su situación actual como diabético insulinodependiente y los avatares frente a los cortes de luz y otros males argentinos que nos aquejan por la desidia en las gestiones gubernamentales.
Nadie se salva de su sarcasmo y el público aplaude de pie este espectáculo de una hora y media que permite ver la situación nacional con una mirada crítica sin concesiones.
Se puede ver en el Teatro Liceo, ubicado en Rivadavia 1499 y cuenta con la dirección musical de Gregorio Vatenberg, la programación y arreglos musicales de Alejandro Algañarás, el sonido de Francisco Nigro, el diseño de luces de Omar Possemato, la operación técnica de luces de Adrián Incarnato, la asistencia de dirección de Luciana Becerra, el vestuario de Nelly Leis y el diseño de Arte de Gerardo Bernasconi.`
Las entradas son de 500$ en platea con un 40% de descuento para jubilados los miércoles y jueves.
Las últimas dos fotos son gentileza de María Elena Cruz y Paolo Cittadini y fueron tomadas al final del espectáculo por pedido expreso del actor de que no se tomaran fotos durante el mismo, que todos los presentes respetamos.
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