"Al final del túnel" con guión y dirección de Rodrigo Grande, la fotografía de Félix Monti, el montaje de Irene Blecua y la excelente actuación de Leonardo Sbaraglia, quien encarna a Joaquín, un discapacitado motor que tiene su casa embargada y decide alquilar una habitación a Berta.
La joven, personificada con eficiencia por Clara Lago, llega acompañada de su hija autista. Se establece un vínculo entre ellos que se ve modificado cuando Joaquín se entera que unos delincuentes liderados por Galereto en la destacada actuación de Pablo Echarri, están cavando un túnel para robar un banco.
Los preparativos para el robo en el túnel por parte de los malvivientes, monitoreados de manera encubierta por Joaquín, que es especialista en sistemas, hacen que la obra transite por el suspenso, con elaboración de un desenlace inteligente y con cierta emotividad.
"Angelita, la doctora" con guión y dirección de Helena Tritek, música de Pablo Borghi y montaje de Marco Lattuada, cuenta las situaciones que vive habitualmente Angelita, en la lograda interpretación de Ana María Picchio, una enfermera que además de hacer guardia en el hospital, atiende a vecinos ancianos de la zona de Berazategui y tiene que mantener a su hijo interpretado por el Chino Darín, un muchacho torpe que no logra estabilizarse ni tener objetivos en su vida.
Angelita se muestra vital y trata de resolver los problemas ajenos aunque el propio la invada y a veces resienta su salud. La protagonista se halla muy bien acompañada por un elenco de sólidos actores entre los que se encuentran Norma Aleandro, Mario Alarcón, Hugo Arana, Mimí Ardú, Silvia Baylé, Sofía Palomino entre otros.
Una película que genera ternura pero con una trama sin mayor conflicto, aunque un sector del público aplaudió al finalizar la función.
"Mecánica popular" con guión y dirección de Alejandro Agresti, esta película que cuenta con excelentes interpretaciones de Alejandro Awada como Mario Zavadikner, un editor de filosofía, historia y psicoanálisis, que está a punto de pegarse un tiro cuando entra subrepticiamente Silvia Beltrán, encarnada alternativamente con profesionalismo por Marina Glezer y Romina Ricci, que amenaza con pegarse un tiro si no lee su novela "Los amputados".
Se oye una detonación y entra el vigilante en la magistral actuación de Patricio Contreras, quien encara a la intrusa y realiza una crítica de su novela que ha leído, porque se la dieron porque no la publicarían.
En la película surgen comentarios y críticas sobre literatura, arte y consumos culturales. El editor se siente atraído por Silvia, que le recuerda a su mujer, también escritora. Surgen recuerdos de la Dictadura, que ha dejado sus marcas en los personajes y Mario solicita a uno de sus empleados interpretado eficazmente por Diego Peretti, que le lea un informe sobre la crítica de la obra de Silvia, antes de tomar una decisión.
La película puede interesar a un sector cinéfilo, que valora a Agresti como director, pero no creo por la temática que logre captar la atención de un público masivo, aunque hubo aplausos al terminar la proyección.
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