Las dos películas de ficción a las que me refiero tienen en común registrar casi de manera documental la forma de relacionarse de las personas en dos ámbitos totalmente diferentes.
Con una escasa trama argumental, donde no existen grandes conflictos ni indagan en profundas problemáticas ambos filmes muestran la vida de sus protagonistass en los lugares que frecuentan.
" El aire "con guión, dirección y producción de Santiago Guidi, esta película de poco más de una hora va contando la relación que se establece entre Malena interpretada de forma convincente por Telma Crisanti, una adolescente que está terminando el secundario y adeuda Cívica por lo que se va a estudiar a un lugar de comidas rápidas donde conoce a Sebastián encarnado por Cristian Jensen, un joven mayor que ella con ciertos rasgos obsesivos, que comparte su mesa porque no había más lugar.
El diálogo entre ellos es intrascendente y se despiden pero por distintas circunstancias se reencuentran en varias situaciones al punto que pasan la noche juntos, sin que exista entre ellos ninguna relación romántica sino decisiones de momento que los ligan en cierta camaradería .
Se puede observar a través de su recorrida la vida nocturna de la ciudad, en verano, donde se suceden una serie de banalidades, que no cambian demasiado la vida de nadie.
"El rey del Once" con guión y dirección de Daniel Burman, muestra la llegada a Buenos Aires de Ariel, en la adecuada interpretación de Alan Sabbagh, un economista radicado en Nueva York que decide regresar a pedido de su padre Usher, que dirige una fundación de ayuda a la colectividad judía.
La voz de su padre va determinando el accionar de Ariel, que dejó a su novia en Nueva York y se siente atraído por Eva en la sugestiva interpretación de Julieta Zylberberg, una voluntaria de la fundación que dirige su padre.
La película muestra la vida de la institución, cómo maneja sus recursos, los servicios que brinda y el transcurrir de la semana, marcada por la sucesión de los días y las celebraciones de la colectividad, claramente explicitados en pantalla.
Quizás lo relevante del film sea la transformación que va modificando los criterios de Ariel, quien va asumiendo un rol participante tan activo como el de su padre, quien es el que merece el título con el que se designa la película.
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