Nuevamente llegué al aeropuerto de Cusco y esperé el avión de Avianca para viajar a Lima. Hubo demoras y por lo tanto llegamos más tarde de lo previsto.
Esta vez me alojé en el Hotel Ricardo Palma de Miraflores, que quedaba a unas siete cuadras del lugar donde se desarrollaba el Congreso y próximo a la Plaza de las Tradiciones, donde hay una figura en bronce de Ricardo Palma en tamaño natural.
El hotel con muy buena vista, baño privado, wi-fi, TV, un adecuado desayuno local incluido y personal amable y eficiente resultó muy confortable.
El primer día hice una recorrida de reconocimiento y visité el Mercado 1 que el amable taxista que me llevó al hotel me recomendó por la calidad y precio de sus productos.
El jueves por la mañana, viajé Centro Cívico de Lima donde se encuentra la Plaza de Armas, la casa de Gobierno.
Allí visité la Iglesia de Santo Domingo, donde se encuentran los restos de Santa Rosa de Lima, San Juan Macías y San Martín de Porres.
También conocí la Casa de Correos y Telégrafos en la que se pueden apreciar esculturas en tamaño natural y una exposición de sellos postales.
Hay sede del Museo del chocolate, con la excelente atención y degustaciones que brinda en todo sitio en que se encuentre instalado. También pude recorrer una feria de artesanías y emprendimientos, donde se podían adquirir productos de decoración e indumentaria, realizados por los emprendedores.
En mi camino me encontré con el Museo de los Combatientes del Morro de Arica, instalado en la casa del coronel Francisco Bolognesi, que tiene hermosas pinturas de la época y que resulta interesante conocer porque se encuentra pleno de patriotismo peruano con documentos, objetos y esculturas de la época.
Para los amantes del arte y la literatura no dejen de ver las distintas escultura preincaicas con imágenes antropomorfas y zoomorfas que se encuentran en el Museo Metropolitano y la exposición permanente en la Casa de la Literatura peruana
También visité la Iglesia Santa Rosa de Lima y enfrente de ella, el hogar de San Martín de Porres con su museo, donde se cuenta la vida del Santo de los Pobres durante la época virreinal. En este lugar brindan alimentos y ropa a ancianos en condición vulnerable, manteniendo la obra social que el santo realizó en vida. La entrada al museo tiene un precio accesible y sirve para solventar la obra de beneficencia que se realiza.
Despidiéndome del centro cívico regresé a Miraflores con el Bus Metropolitano, luego de almorzar en un restaurant de tenedor libre, donde ofrecían los sabores de la gastronomía local.
El sábado, último día de mi viaje, fue a conocer la playa de Miraflores, la galería de Artes Visuales de la Universidad Ricardo Palma y el centro ceremonial Arqueológico Huaca Pucllana, donde existen reproducciones en tamaño natural de sus primeros habitantes los Limas con espacios que brindan información sobre sus usos y costumbres. Además existe una huerta con especies medicinales locales y animales autóctonos que se puede visitar de día.
Fue una experiencia grata conocer los distintos sitios, que brindan información sobre vida y costumbres de distintas épocas de la nación hermana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario