Happyland es una versión ucrónica del dramaturgo Gonzalo Demaría de los últimos años de Isabel Perón, luego de ser reemplazada en el Gobierno por la Junta Militar del Proceso.
Con la dirección de Alfredo Arias, que contó con la asistencia de Maxi Muti y Tamara Gutiérrez y la asistencia artística de Tamara Milione y Tamara Gutiérrez vemos a Isabelita interpretada con eficacia por Alejandra Radano ingresar en su lugar de exilio en Neuquén con Charito, su empleada andaluza en la lograda versión de María Merlino. Allí se encuentra con Lucrecia, una autoritaria ama de llaves encarnada por Marcos Montes, que es la que decide sobre todas las cuestiones y muestra quien detenta el poder.
En ese sitio desolado y frío, Isabel protagonizada por Josefina Scaglione muestra su juventud en Panamá, sus comienzos como bailarina, el momento de conocer al general y la imagen de Evita como una figura siempre presente. Coexisten en escena pasado y presente con características surrealistas.
Secundan con profesionalismo Adriana Pergueroles como el arzobispo y Carlos Casella como Joe Herald. La obra cuenta con canto, poesía y coreografías, brindando un espectáculo ameno y colorido
La escenografía austera pero efectiva realizada por Julia Freid con la asistencia de Emilia Pérez Quintero, la adecuada iluminación de Paula Fraga, la lograda musicalización de Axel Krygier y el vestuario diseñado por Julio Suárez con la asistencia de Analía Morales confieren a la obra una ambientación de época, que la hace verosímil.
Puede verse en la Sala Casacuberta del Teatro San Martín, en Corrientes 1530 de miércoles a domingo a las 20,30 hs con entradas de 280$, con descuento a jubilados.
Las fotos de escenas de la obra que ilustran la nota pertenecen al archivo del Teatro San Martín, respetando el pedido expreso de no tomar fotografías durante la función.
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