Tuve la oportunidad de ver dos obras teatrales con notables elencos locales, cuyo denominador común era el vínculo amoroso en situaciones imprevistas. Ellas son:
Sabor a Freud de José Pablo Feinmann dirigida por Alejandro Gómez e interpretada por la dúctil Graciela Domecq, quien encarna a Lucía, una mujer angustiada que recurre al psicoanalista porque ante el desinterés de su marido, su personalidad se desdobla y aparece la seductora Dolores, una cantante de boleros.
El psicoanalista en la lograda actuación de Julio Costa, un hombre apegado a su madre, deja a sus otros pacientes para ocuparse del caso. Vemos en él al marido, anciano y malhumorado, al empleado de aeropuerto cuando Lucía decide abandonarlo y por último a un hombre, que trasgrediendo el contexto de la relación se enamora de su paciente.
La obra se puede ver los jueves a las 21,15 hs en la sala B del Centro Cultural Osvaldo Soriano, ubicado en 25 de Mayo 3108 con entrada de 150$ y jubilados a 80$.
Negociemos de Alicia Muñoz, dirigida por Virginia Stebelski con la magistral actuación de los multipremiados Pino Simonetti, que interpreta a Miguel López, un anciano hipocondríaco y viudo que pasea a su perro Rambo por la plaza y Rosa María Muñoz, que encarna a una mujer mayor que va a la plaza a leer.
En el encuentro de estos personajes surgen discusiones y confrontaciones pero también recuerdos de un pasado que Miguel trae al presente y sirve para que ella le enseñe a ver la vida de otra manera y empiecen a negociar una forma de vivir mejor.
Este ameno espectáculo puede verse los sábados a las 21 hs en el Centro Cultural Osvaldo Soriano con entrada de 150$.
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