jueves, 11 de mayo de 2017

RELACIONES COMPLICADAS EN LAS NUEVAS FICCIONES NACIONALES

   En las tres películas que comentaré observamos como denominador común con mayor o menor intensidad vínculos humanos complejos, que no terminan de resolverse.

Los padecientes escrita y dirigida por Nicolás Tuozzo, quien contó con la colaboración en el guión de Marcos Negri, en la fotografía de Félix Monti, en la música de Sebastián Scofet y en el montaje de Francisco Freixá.

   La película basada en la novela del psicoanalista Gabriel Rolón relata al modo de un policial negro la muerte de un poderoso empresario encarnado con su habitual profesionalismo por Luis Machín y el pedido de la hija de éste, Paula Vanussi, interpretada con credibilidad por Eugenia Suárez, al psicoanalista Pablo Rouviot, en la actuación de Benjamín Vicuña, para que declare inimputable al asesino de su padre que es su hermano, protagonizado por Nicolás Franchella.

   El psicoanalista profundiza la investigación y conoce a la hija menor del empresario en la destacada actuación de Ángela Torres y entiende la verdad de los hechos, donde todos son víctimas de una situación extremadamente perversa.

   Secundan con talento Pablo Rago, Justina Bustos y Osmar Nuñez, quien da un vuelco a la situación mostrando que la justicia puede resolver en parte la impunidad de los poderosos.

      La película está calificada no apta para menores de 16 años y si bien es un guión convincente y las actuaciones son logradas no es recomendable por sus características para un público demasiado sensible.

Fin de semana escrita y dirigida por Moroco Colman con la colaboración en el guión de Andrea Gigena y Sofía Castells,  la fotografía de Fernando Lockett y Gustavo Biazzi, la música de Juan Sorrentino y el montaje de Rosario Suárez, cuenta el duelo que atraviesa Martina, encarnada por Sofía Lanaro, ante la muerte de su padre y las decisiones poco felices que adopta, hasta que se reencuentra con Carla protagonizada por María Ucedo, que con su presencia le hace ver las cosas de otra manera.  El vínculo entre ellas es distante hasta que las debilidades humanas las unen y empieza a cambiar la relación.

   La película presenta ambigüedades e indefiniciones que oscurecen el relato y algunas escenas que no la hacen apta para todo público.

El faro de las orcas escrita y dirigida por Gerardo Olivares con la colaboración en el guión de Lucía Puenzo y Sallua Sehk, la excelente fotografía de Oscar Durán, la música de Pascal Gaigne y el adecuado montaje de Iván Aledo, cuenta la historia de un guardafauna, en la actuación lograda de Joaquín Furriel, que vive en soledad luego de la trágica muerte de su mujer y su hijo.  Su mayor distracción es el contacto con las orcas, que tiene vedado por las autoridades.

  A ese lugar desierto de la Península Valdez llega Lola interpretada con solvencia por Maribel Verdú, quien ha viajado desde España para encontrar una cura para Tristán, su hijo autista en la magistral actuación de Quinchu Rapalini.

  En la soledad de ese paraje paradisíaco se van entretejiendo vínculos, que la realidad obstaculiza cuando Lola debe volver a España.

   La historia se recreó a partir de un hecho real y se muestra el epílogo con subtitulados al final del film.

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