La historia muestra el mítico personaje de la rubia Mireya encarnada magistralmente por Gabriela Bevacqua, desde sus comienzos de barrio pobre con la compañía de su amigo Miguel interpretado con gracia por Leandro Gazzia, hasta su degradación al ser seducida por Manuel, encarnado de forma convincente por Martín Repetto y su posterior redención al conocer el amor de Alfredo, personificado con solidez por Damián Iglesias, quien también interpreta también al hijo de ambos. Este amor resulta imposible por la intervención de la madre de Alfredo, un personaje intenso protagonizado por Lorena García Pacheco con eficacia.
El elenco integrado por Eluney Zalazar como tía, Bruno Pedicone, el policía, Nicolás Bertolotto, Payo y Verónica Pacenza como Merceditas secunda hábilmente esta trama que con puesta en escena y dirección de Damián Iglesias resulta un espectáculo emocionante.
La coreografía brinda el marco adecuado a la historia y estuvo a cargo de Esteban Domenichini con la asistencia de Melanie Incenella.
La obra cuenta con la presentación de orquesta en vivo dirigida por Ángel y Damián Mahler que además toca el piano acompañado en violín por Dolores Stabilini, en contrabajo por Carlos Di Palma y en bandoneón por Alejandro Guerschberg.
Una producción cuidada coordinada por Federico Lucini y un diseño de escenografía y vestuario muy logrado por René Diviú con la colaboración de Vanesa Abramovich y Betania Rabino hacen de la obra de 135 minutos, que no decaen en ningún momento, un opción digna de verse en el panorama teatral porteño.
La entrada resulta accesible con plateas desde 80$ que el día miércoles se rebajan a 50$ y permiten que los sectores de menores ingresos puedan disfrutar de un excelente musical.
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