
La obra donde se lucen Karina Piñeiro como Carlota, una peluquera de perros, que cree en el destino, el tarot y la videncia, Celeste Harvey como Paula, la amante de un ministro, claustrofóbica, hipocondríaca y con múltiples rituales para vencer la ansiedad y Gabriela Valenti como una consultora obsesionada con su trabajo que no quiere decir nada de su vida personal, muestra la interacción de las tres mujeres en una situación límite al quedar encerradas en un ascensor.
En ese espacio reducido, sin poder resolver la situación del encierro empiezan a mostrar las luces y sombras de sus personalidades con sus fracasos y potencialidades, desplegando cada una de ellas todo su talento en la caracterización del personaje que le toca interpretar.

La representación une el grotesco con el humor desopilante y brinda a las actrices la posibilidad de mostrar las distintas facetas de los personajes que encarnan, convirtiéndolos en seres verosímiles, que se van transformando en esas horas de intenso intercambio no sólo verbal, sino gestual y corporal, ante una situación imprevista y angustiante.

El público aplaudió con entusiasmo porque resulta una comedia muy entretenida y ampliamente recomendable para pasar un buen momento con familiares y amigos.

Para evitar encontrarse como este sábado con las localidades agotadas, es conveniente reservar la entrada con antelación al 4373-3465. Además es aconsejable asistir con quince minutos de anticipación porque las entradas no son numeradas.
Las fotos que ilustran la nota pertenecen a Rilind Modigliani, respetando el pedido expreso de apagar el celular durante la función, excepto la del saludo final de las actrices y el director, que es de mi autoría
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