También se encuentra la joven Elisa, hija de Harpagón, en la correcta versión de Iride Mokert que está enamorada de Valerio, un convincente Julián Pucheta, que se hace pasar por criado para congraciarse con su futuro suegro, sin tener en cuenta que su novia fue prometida al señor Anselmo protagonizado por Edgardo Moreira, quien en el desenlace determina las situaciones de manera inesperada.
Secundan con eficiencia la simpática Silvina Bosco como Frosina, quien cumple el papel de celestina en los amores del viejo avaro con Mariana, Nacho Vavassori como el Maestro Santiago, Lisandro Fiks como el comisario, que además aporta la música con contrabajo y guitarra, acompañado por Hernán Lewkowicz como Merluza en acordeón y percusión, Martín Portela como Miajavena en trompeta y percusión y Mercedes Torre como Claudia en guitarra, cuatro y percusión.
La obra con ciertas características de vodevil, música y humor cuenta con la escenografía y vestuario de época de Gonzalo Córdoba Estévez asistido por Tatiana Mladineo y Luciana Peralta Bo, el diseño de sonido de Iván Grigoriev , la música original y dirección de Rony Keselman, la coreografía y asesoramiento corporal de Mecha Fernández, la iluminación de Ricardo Sica, la asistencia de dirección de Cecilia Acosta y Fernando Machado y la asistencia artística de María Oteyza, lo que le confiere que a pesar de los siglos mantenga todo su encanto.El espectáculo de dos horas de duración puede verse en el Teatro Regio de jueves a sábado a las 20,30 hs y el domingo a las 20 hs con entradas desde 120$ a 170$. Los jueves la entrada es de 85$
Las fotografías que ilustran el comentario pertenecen a Carlos Furman.
Todo lo cercano se aleja escrita y dirigida por Laura Paredes muestra una situación familiar en una playa donde Selva interpretada con profesionalismo por Paula Acuña va con su marido Mario encarnado por Marcelo Mariño con la intención de visitar a su madre Gloria en la excelente actuación de Emma Rivera, quien tiene algunos problemas de memoria y se encuentra enfrentando el duelo del fallecimiento de su esposo.
Selva y su marido fueron expresamente para venderle unos lotes a un ingeniero protagonizado por Marcelo Pozzi que comparte el balneario con ellos.
Los diálogos se suceden entre lo actual y lo pasado y permiten reflexionar sobre el destino de los padres cuando comienzan a depender de hijos inestables, que combinan el cariño con el maltrato y la impaciencia. También muestra la frustración ante proyectos que no se concretan y las veladas hostilidades conyugales cuando los criterios son divergentes.
Es una obra sencilla pero interesante de una hora de duración que cuenta con la asistencia de dirección de Marcelo Méndez, la colaboración artística de Sol Sañudo, la destacada música original y diseño sonoro de Gabriel Chwojnik, la apropiada iluminación de Matías Sendón, la adecuada escenografía de Rodrigo González Garillo y el vestuario de Carolina Sosa Loyola.
Puede verse en el Teatro Cervantes hasta el 24 de septiembre de jueves a domingos a las 21 hs con entradas de 120$
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