viernes, 6 de marzo de 2015

DOS PELÍCULAS QUE HABLAN SOBRE CONDICIONES DE VIDA DEGRADADAS

   Pelo Malo, la multipremiada coproducción de Venezuela, Alemania, Perú y Argentina con guión y dirección de Mariana Rondón, sitúa su acción en un monobloc de gente humilde de Venezuela donde vive  Junior muy bien interpretado por Samuel Lange Zambrano, un niño de diez años que reniega de su pelo crespo y desea alisárselo para la foto de la escuela y para ser cantante.

 Su madre encarnada por Samantha Castillo, es soltera, con su inestabilidad laboral y emocional debe criar a Junior, al que rechaza por su amaneramiento y del que teme que sea homosexual y a otro hijo varón de pocos meses al que prefiere.

   El vínculo madre-hijo resulta conflictivo por el rechazo de la madre y el deseo del hijo de ser aceptado.  Se  une a esta dupla la abuela de Junior, en la destacada actuación de Nelly Ramos, que desea cumplir sus deseos pero de la que Junior desea alejarse.

   Las figuras masculinas son ocasionales y muestran la promiscuidad de la madre y su soledad en la crianza de los hijos.   En el desenlace se observa como el hijo llega a una drástica decisión para conservar la presencia de la madre.

   La obra nos invita a reflexionar sobre la importancia del discurso materno en la configuración de la personalidad de los hijos.

El patrón: Radiografía de un crimen En esta opera prima Sebastián Schindel incursiona como director de una obra de ficción basada en un caso real escrito por Elías Neuman.

 Hermógenes Saldívar en la excelente actuación de Joaquín Furriel, es un peón de campo nacido en Santiago del Estero que viene a Buenos Aires con su mujer en busca de mejores oportunidades de trabajo y se relaciona con el Sr Latuada encarnado con solvencia por Luis Ziembrowski, un inescrupuloso comerciante, dueño de una cadena de carnicerías que para ganar dinero no escatima estrategias, hasta las más aberrantes y obliga a su empleado al que le cambia hasta el nombre y le retiene el documento a participar en sus turbios manejos para vender carne en descomposición como buena.

  Las escenas van cobrando tensión y se compaginan intercalándoses en una sucesión adecuada entre la vida de la carnicería y la reclusión de Hermógenes luego de haber asesinado a su patrón.  El abogado defensor de oficio nunca aparece y una empleada del juzgado en un intercambio de favores le ofrece al caso a un abogado, muy bien interpretado por Guillermo Pfening que queda impactado por las condiciones de vida a que fue sometido el acusado y lucha por su libertad.

 Destacadas resultan también las actuaciones de Germán Da Silva como el carnicero que le enseña el oficio a Hermógenes y Mónica Lairana como la mujer de este esclavo sin cadenas, que pone corte definitivo a su situación asesinando a su patrón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario