Con una escenografía sencilla pero muy funcional al relato diseñada por Jorge Ferrari con la asistencia de Liliana Uzal, logrados efectos de iluminación a cargo de Eli Sirlin con la asistencia de Sebastián Evangelista, un vestuario adecuado realizado por Mini Zuccheri, la musicalización de Rony Keselman, el violoncelo y percusión de Belén Echeveste y la cuidada producción de Gustavo Schraier, Emilia Martínez Dómina y Carolina González Iturriaga se despliega la historia shakespeariana en la apropiada traducción y adaptación de Marcelo Cohen y Graciela Speranza, que mantiene la poesía y el humor del original con la eficiente dirección de Penny Cherns que contó con la asistencia de James Murray, Julián Castro y Celeste Fallace.
Próspero, duque de Milán en la destacada actuación de Osqui Guzmán, le cuenta a su hija Miranda encarnada por Alexia Moyano, los motivos por los que se hayan recluidos en esa isla debido a la traición de su hermano Antonio, interpretado por Gustavo Pardi, quien usurpó el trono del ducado mientras él se dedicaba al estudio.

Próspero sabe de la alianza que piensa establecer su hermano Antonio con el rey de Nápoles y decide planear una venganza con la colaboración de Ariel que sirva de lección mediante una tempestad.

Se muestran con solvencia y profesionalismo desplegando su versatilidad histriónica Marcelo Xicarts como el rey de Nápoles y también Stefano, su despensero, Iván Moschner en su doble papel como Gonzalo, consejero y Trínculo, bufón del rey de Nápoles y Martín Slipak como Fernando y Sebastián, hijo y hermano del rey de Nápoles.

Las fotografías que ilustran la nota durante el espectáculo pertenecen a Carlos Furman, respetando el pedido expreso de no tomar fotografías durante la función y el video fue realizado por el Teatro San Martín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario